“Cuidado con lo que manifiestas, pues se puede hacer realidad”

Muchas veces logramos conseguir algo que queríamos y anhelábamos, pero creyendo que nos iba a generar paz, confort, satisfacción, realización, felicidad… no era como esperaba. No era lo que buscaba.

Es como cuando quieres adelgazar, pensando que de esa forma te vas a sentir y ver mas feliz y vas a estar plena (o), y que tú autoestima aumentaría, pero, no es lo que sucede, no es el resultado final de lo que esperas.

Así como cuando estas en un trabajo, donde vienes peleando hace años, un puesto de mas responsabilidad, donde has dedicado y sacrificado horas de tú vida familiar, personal, de tus emociones, y esperas en algún momento que ese sacrificio tenga una retribución y concretar ese ascenso para sentirse bien, y no fue lo que sucedió.

Personas que al fin encuentran “ese prototipo de persona” alguien que las ama incondicionalmente y esperan sentirse plenos y llenos con el/ella, y no fue el resultado esperado.

Muchas veces nos encontramos en una situación donde nos trazamos metas o logros, donde al irlos cumpliendo se va generando un estado de satisfacción, y mejora en la cotidianidad de aquellos que lo logran. Pero ocasionalmente confundimos tratamos de que determinados logros o metas sean el equilibrio y bienestar de nuestro ser, asumiendo que estaremos en un estado de “felicidad” y que esa será la solución a muchos de los problemas actuales, y que al lograr dicho objetivo todo se solucionara… pero no es así.

Al generar una idea subjetiva de que toda mejora en función de esos logros se va generando un circulo vicioso de insatisfacción y búsqueda continua de algo, puesto que muchas veces empezamos a buscar factores extrínsecos (externos), algo que se debe empezar a crear desde dentro…

En ocasiones confundimos las metas cumplidas con el bienestar, el reconocimiento con valor, el amor o aprobación de los otros con “amor propio”; nos concentramos en buscar en lugares diferentes sin entender cada paso para disfrutar la realización plena de culminar un camino. Pensando que en ese lugar encontraremos el sentido a todo, y así todo saldrá bien.

La vida, no se basa ni se limita a “cual logro consigo o no”, si no, es más aquella dirección que nos enriquece, nos hace sentir mejor con nosotros mismos desde el crecer, conectados con lo que somos y queremos en una sincronía con nuestros valores y lo que somos como persona. Aunque el camino que elijamos nunca es fácil, y a veces viene cargado de triunfos y derrotas, lo importante es velar por continuar, por entender que cada fallo es un aprendizaje, y es necesario para hacernos más fuertes, no para tú pareja, ni para tú mamá, ni siquiera para tus hijos, amigos o conocidos, sino, para ti, para que tú estes en armonía con lo que eres y lo que quieres ser. Iniciar un camino nuevo es difícil, pero es más difícil quedarnos esperando a que otros decidan sobre mis sueños y proyectos, o viajar al ritmo de otro capitán. Tú debes ser el capitán de tu vida.

La felicidad y el bienestar personal está en el “¿Cómo elegimos vivir nuestra vida?” y “¿Cuál es el camino que quiero trazar para mi futuro?”, es entender que todo aquello que se cultiva, se tiene como retribución un gran fruto en el futuro, entendiendo, que, pese a que dos personas quieran tener el mismo cultivo de vida, son caminos, formas y motivaciones diferentes.

Cada uno tiene un mapa de vida, y para llegar al final, en cada mochila, hay herramientas diferentes, que nos guían a una vida significativa, y no depende de otros llegar a “tú felicidad”, solo depende del paso a paso que tú quieras dar para lograrlo. Aprende a reconectarte con tú esencia, y recuerda que a veces es mejor detener la marcha para replantearnos hacia donde queremos ir, porque podemos utilizar muchos medios para llegar, pero lo importante es llegar a esa meta, a una vida plena y tranquila por y para ti.

El camino a la felicidad nunca es fácil, por eso, debemos esforzarnos día a día por conseguir lo que queremos, y para mejorar la forma de comunicarte simplemente debes empezar terapia basada técnicas de reestructuración cognitiva, ejercitando el manejo y control emocional, la importancia a las tus creencias, analizar las ideas irracionales y tratar de corregirlas desde la lógica y en función de “ponernos en los zapatos del otro”, etc.

El primer paso es aceptar el problema, el segundo es buscar ayuda, y tú estás en el camino a la autosuperación, recuerda repetirte siempre “YO PUEDO, YO SOY CAPAZ”.

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