Todos llegamos a un punto en la vida, en donde no sabemos:
¿que estamos haciendo?
¿Por qué siento que las puertas de lo que necesito se me cierran?
¿Por qué no soy suficiente para alguien?
¿Por qué yo siento que lo he dado todo?
Es allí donde entra a jugar algo que lastimosamente muchas personas no utilizan de forma asertiva: “la perspectiva”.
La perspectiva es lo más importante ante la solución de problemas cotidianos, donde sentimos que algo nos ha estancado o que no sabemos cómo avanzar, todo depende de qué respuesta tomamos frente a un problema, eso es lo más fundamental:
A veces solemos decir “todo depende de con la perspectiva que veas las cosas”, y eso es algo importante ¿no te parece?
La perspectiva se da, cuando algo nos preocupa y le damos muchas vueltas a algo sin llegar a ningún resultado o solución, es allí donde viene un cambio de perspectiva, positiva o negativa, dependiendo de tu convicción.
Lo mas importante para cambiar la perspectiva frente a algo, es verlo desde otra visión, desde otro ángulo, y así tener una distancia frente al acontecimiento.
Es sencillo, es como hacer el ejercicio de tomar un vaso que tiene un cuarto de agua, ¿que ves?; ahora, toma ese mismo vaso y le agregas otro cuarto de agua. ¿Ahora que ves?
Eso mismo que vemos, pasa a con nuestros pensamientos, ya que nuestros pensamientos negativos y aquellas preocupaciones, constantemente nos hacen sufrir más de la cuenta: son intrusivos, recurrentes, exagerando la situación o acontecimiento. Nos sentimos dentro de una “bucle”, donde sentimos que hacemos una y otra vez las mismas cosas y que no avanzamos, sentimos que nos nubla toda la visión y la periferia de lo que pasa a nuestro alrededor, impidiéndonos disfrutar de otras cosas o ver más allá.
¿Cómo cambiar la perspectiva?
Vive tu vida y tus pensamientos enfocados en el hoy y el ahora:
Cuando estas ensimismado “dentro” de nuestros pensamientos, solemos hacer creer que todas nuestras preocupaciones se harán realidad, no vemos las cosas en perspectiva: Solo vemos de manera masificada los problemas que tenemos en nuestra mente dando vueltas. Como cuando decimos que el vaso este medio lleno o por rebozar. Impidiéndonos apreciar otras cosas que hay a nuestro alrededor.
Supongo que a todos nos ha pasado el estar tan ofuscados en nuestros problemas que no nos damos cuenta de lo que le está pasando o de cómo se está sintiendo la (las) persona (as) que tenemos al lado, nos cuesta “salir de nosotros” y mirar al resto del mundo.
¿Te ha pasado tener un problema y no poder pensar absolutamente en otra cosa? ¿e incluso todo relacionarlo con eso?
Nos hace mucho bien concentrarnos en algo, focalizarnos cuando es necesario, eso es productivo: cuando realizamos una labor creativa, como estudiar, leer, hacer un deporte o actividad que nos guste; pero sumirnos en nuestras películas mentales tiene sus riesgos, pues nos abstraemos y nos sumergimos en tormentas imaginarias, vivimos en riesgo de “nuestro mundo real” durante demasiado tiempo sin dejarnos ver lo que hay alrededor.
¿Es normal vivir las cosas “tomándolas personales”, siendo incapaz de distanciarte emocionalmente? (laboral, afectivo y socialmente).
¿Te has sentido hundido dentro de una preocupación o pensamiento (casi siempre negativamente) dándole vueltas y sufriendo una y otra vez?
Si tu respuesta es “sí”: Estas mirando tus “problemas muy de cerca”
Debes alejarte un poco para ver en perspectiva y salir de esa “rueda de hámster” que gira en un solo sentido. Tomar perspectiva a veces ayuda a encontrar soluciones: Pues cuando tenemos mucho tiempo dando vueltas a algo a veces llegamos al bloqueo total, no pensamos con claridad: entonces es mejor enfocar nuestra atención en otra cosa, haciendo que cuando volvamos a pensar en el problema, lo analicemos con más claridad mental.
¿Qué debemos hacer para salir de esa “rueda”?
No debes creer todo lo que piensas: Debes ser conscientes de que nuestros pensamientos son solo pensamientos, no son la realidad, son la interpretación y elaboración de la realidad que subjetivamente creamos, no la realidad en sí.
Abre tu ventana, “mira hacia afuera”: A veces solo nos enfocamos en el problema que tenemos desde adentro, de nuestras creencias o miedos infundados, para poder saber que hacer en estos momentos, replantéate y ve a una situación donde estes con alguien de confianza externo a ti y tus creencias (imparcial) y pregúntate: ¿Qué aconsejaría en esta situación? o ¿Cómo lo vería tal x o y persona?, es salir de nosotros mismos e intentar verlo desde los ojos de otro o desde otro momento temporal.
Detén tus pensamientos, “no sobre analices”: Muchas veces al intentar encontrar una solución, solo terminamos dando más vueltas, debemos analizar la realidad para no bloquearnos; es “ocuparnos del asunto, no preocuparnos en el asunto”
Se consciente: Es ver en lo que enfocamos nuestra atención, entrenar nuestra atención al hoy y el ahora, o ejercicios de distracción, nuevos hobbies o rutinas, cortar todos esos pensamientos catastróficos e improductivos.
Tener un sentido de preocupación positivo es bueno, siempre y cuando planifiquemos y nos ayude a ser útiles en momentos de estrés, enfocándonos en soluciones positivas a través de un pensamiento positivo, Para ello hemos de centrarnos en nosotros mismos: en lo que podemos controlar nosotros, lo que se llama “locus de control interno”
Al tener un control emocional hará que las preocupaciones más desde un planteamiento de autoanálisis: ¿qué debo, que puedo y que quiero hacer?, aceptando que las cosas pueden cambiar y centrarme en el cambio sin enfrascarme en la frustración o el sufrimiento por los cambios repentino, si no, entendiendo que todo puede pasar, pero debo tener varias opciones y visiones para afrontar las cosas. Debemos aprender a ser conscientes de que los resultados que obtenemos dependen de lo que “hacemos” y esto nos lleva a movilizarnos (no debemos esperar que otros nos muevan como hojas en el viento), nuestras preocupaciones desde esta perspectiva se vuelven útiles, ya que nos ayudan a tomar decisiones, a arriesgarnos y a esforzarnos por conseguir los resultados que deseamos.
Para ponerme en ese lugar simplemente se trata de enfocarme en ¿Qué puedo hacer yo frente a esto? Si no encuentro la respuesta, siempre es posible empezar de cero, y ver desde afuera que puedo hacer, y así luego volver a centrarme en otra cosa que sí pueda hacer. Debemos recordar nuestra capacidad de resiliencia ante las situaciones, y que como nos programemos saldrán las cosas.
Hola…yo muy contenta con el proceso que he tenido con nefi…..me encantó conocerlo y estar en este descubrimiento y conocimiento de tantos temas para mí bienestar mental, para mi diario vivir y para mis relaciones interpersonales….
Muchas gracias 😘
Encantada de conocerte y feliz con lo que me has ayudado a crecer.
Gracias por compartir este artículo con nosotros.
Thanks!
daxktilogibigibi.PAuec9lLmTfH
coetaneously xyandanxvurulmus.rSQOl4VPrDFY